Despertó como a la una de la mañana. Era necesario cambiarle el pañal y ya no se durmió. Empezamos bien, platicando. Luego quiso ir a jugar y no le gustó que ya no fuera posible. Al rato empezó a pedir teta para chupetear, pero la pobre estaba tan cansada que no podía acercarse y engancharse sola; yo debía sentarme, cargarla y colocarla al pecho; ella duraba en mis brazos unos segundos y pretendía retirarse a jugar y volver segundos más tarde. Así que terminé gritando un "¡Yaaaa! ¡Por favor! ¡Tengo sueño!" que se repitió dos o tres veces, haciéndome sentir mal cada vez. Su cansancio era evidente y me apenó pensar que tal vez se sentía tan mal como yo (me ardían los ojos, me dolía la cabeza). Afortunadamente estaba su papá, que entró a la recámara a contener los ánimos y a tratar de dormirla. Con lo primero fue suficiente.
Con unos minutos de calma, conseguimos volver a la buena teta. Me disculpé por haber gritado. Como después de cenar, se quedó dormida rápidamente.
Silvia Parque
Me has traído muchos recuerdos. Un beso.
ResponderEliminarDicen que con bebés y niños, los días son largos y los años cortos :)
EliminarUn beso, Susana.
Para mi lo peor es la privación del sueño. El resto de "esfuerzos" maternales los llevo mucho mejor. Pero estar agotada con mucha necesidad de dormir y que toque una noche movida lo llevo fatal.
ResponderEliminarUn beso
Habría dicho que en mi caso no es así, pero lo que pasa es que, al parecer, aguanto más que la mayoría desvelándome o durmiendo poco; sin embargo, cuando he llegado a mi límite es de lo peor que puede pasarme. Es cuando mas desagradable he sido con mi niña.
Eliminar¡Un beso, Matt!
Los niños son un encanto, pero cuando se ponen bordes pueden llegar a ser desquiciantes. Normal que saltes alguna vez.
ResponderEliminarEgo te absolvo.
Besos.
¡¡Gracias, Macondo!! :) :) Solo espero que mis saltos no sean de terrible bruja malvada.
EliminarA esa edad -como la de mi niña- si las cosas se salen de control es que ha habido un "manejo inadecuado" por parte de los adultos a cargo (siempre limitados y falibles), así que las consecuencias en realidad son injustas para la niña; pero "nadie dijo que la vida fuera justa", dice mi mamá... Se hace lo que se puede con todo el amor del mundo.
¡Muchos besos!