viernes, 8 de julio de 2016

Tostada

Un día, no sé si antier o antesdeantier, le di a B una tostada.

Nunca lo hubiera hecho. 

De saber la afición que estaba por nacer, lo habría dejado para unos dos años más tarde. Ha pasado la semana pidiendo tostada para almorzar, comer y cenar, y en sus colaciones. No me parece mal, pero eso ha jugado en contra del resto de la comida. Confío en que se le pasará en cuanto vuelva a tener enfrente un pollo asado. 

Para mayor complicación, la tostada no es la cosa más adecuada para que coma una niña tan pequeña. Varias veces se le ha ido un pedacito sin masticarlo, y se atraganta. Nada que le provoque un sentimiento aversivo hacia la tostada; en cuanto expulsa o traga el pedacito travieso, quiere más tostada.

He pensado en decir "ya no hay", pero hasta el momento no le he contado mentiras, y evitaré hacerlo, en lo posible; al cabo no queda más que un par.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Yo creo que con este Papa de ahora las mentiras piadosas deben estar permitidas.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. :D creo que para las mamás y los papás hay un permiso especial de por vida ;D es nada más que yo siento feíto; cuando haga más falta, pues ni modo :)
      ¡Besos, Macondo!

      Eliminar