jueves, 29 de enero de 2015

Tanto le cabe a un día

Le puede caber de todo, a un día. Una persona encarna dos, tres, cuatro, cinco roles diferentes en un solo día. En la misma mañana o en la misma tarde es posible experimentar pena, esperanza, miedo, satisfacción.

Hay miércoles y domingos en que la vida cambia, y aunque esto se deba a un evento trascendente, el día no deja de tener irrelevancias que ocupan su espacio, molestando o alegrando.

Hay días -tal vez lunes o martes, o cualquier otro día- en que no pasa nada especial, y sin embargo, queda la sensación de que ha estado lleno de cosas, y habría que recordarlo.

Silvia Parque

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