miércoles, 29 de octubre de 2014

Lealtad incómoda

La lealtad incluye que te mantengas del lado de las personas con quienes estás, así sea incómodo, sea injusto para otros, o no te parezca bien cómo se están portando las personas con quienes estás. Por eso hay que cuidar mucho donde construimos lealtades; pueden salir muy caras. Yo prefiero quedarme con lo indispensable -tal vez inevitable-: la familia en primer lugar, las amistades hasta donde llega cada amistad, y las relaciones laborales o de negocios, que son mucho más simples que las anteriores.

En el trabajo se trata de mantenerte decente, y desarrollar prudencia a la luz de la cultura organizacional. Con los clientes es cosa de respetar acuerdos, incluidos los implícitos. En los dos ámbitos puede haber complicación, pero creo que no se compara con lo que pasa en la amistad o en la relación familiar. Con los amigos y la familia, sí que puede ponerse complicado. Supongamos que una mujer queda en medio de una pelea entre su esposo y su hermano; personalmente, piensa que su hermano tiene razón y que además, su esposo ha sido grosero. A mi juicio, haría bien en tratar de demostrar su punto de vista ante su pareja, pero su lugar es junto a él, a pesar de lo que sienta. Evidentemente, no hablo de asuntos delincuenciales o criminales.

Permanecer leal a alguien, no significa participar con esa persona en lo que esté planeando o haciendo; significa estar a su lado con disposición a apoyarle en lo que no quebrante nuestros principios (la primera lealtad es con una misma).

Silvia Parque

6 comentarios:

  1. Hay situaciones en que es mejor quedarse al margen. Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Siempre he creído que la lealtad es fácilmente confundida con un montón de supuestos e ideales que le imponemos al otro, y le exigimos al otro en función a eso. Es algo más noble.

    Entonces se le dice al otro: "Se suponía que debías de apoyarme en todo", "yo creía que nunca andarías con ella", "se suponía que nunca me darías la espalda".

    Creo firmemente que la lealtad no encadena, más bien nos libera.

    Saluditos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, pues sí que le imponemos o tratamos de imponerle al otro, o al menos esperamos de él, que se porte como querríamos, o como suponemos que "debería hacerlo". Pero me parece que la lealtad sí implica que el otro haga o deje de hacer ciertas cosas, en función de la relación existente. Otra cosa es aceptar que como humanos fallamos, o que puede que no nos hayamos puesto de acuerdo sobre qué compromiso implicaba la relación existente.
      ¡Saluditos!

      Eliminar
    2. Mmm es que me parece complicado explicarlo, entiendo que es una serie de supuestos y demás; más bien que es que creo que no son obligaciones, no son impuestas sobre la opinión ni el sentir del otro.

      Me resulta complicado explicarlo. Más bien lo hablaremos pronto. Quizás pueda ser más clara :)

      ¡¡¡¡Saludos!!!!

      Eliminar
    3. Bueno, creo que puede tratarse de que no cabe una dinámica legislativa ni judicial en las cosas personales y de los afectos; hay cosas para las que no puede haber ni obligación, como en el sentir. Pero el comportamiento no es el sentir, y sí hay, por decirlo, así "obligación", digamos, "moral", de hacer y de no hacer, en determinadas relaciones. La cosa clave tal vez está en que nadie puede imponerte esa obligación; cada cual la toma... o la deja...
      Pero ya lo platicaremos :)
      ¡Saludos!

      Eliminar