miércoles, 29 de octubre de 2014

La mesera X

Desayuno con frecuencia en un restaurante económico cercano a mi casa. Sus enchiladas verdes y chilaquiles verdes, son muy de mi gusto. Antes, comía de vez en cuando ahí -quiero decir, a la hora de comer-; pero fui haciéndolo cada vez menos, y antier que fui, me perdieron con un agua que me supo a jabón, y una milanesa con empanizado demasiado grueso y aceite escurriendo. Pero sus desayunos, me gustan.

Como he dicho antes, el servicio en esta parte del mundo, tiene otros parámetros. En mi rancho, se trata al cliente lo mejor posible, y se entiende que el negocio -cualquier tipo de negocio- está en función de las necesidades de quien paga por el producto o servicio. Acá, no. Después de pelearme, molestarme, e incomodarme con esta expresión de la cultura queretana, la acepté. Considerando, pues, los parámetros de acá, el servicio de este lugar donde desayuno con frecuencia, está bien. Excepto cuando toca atención de la mesera X.

La mesera X no sonríe, y cuando dice sus breves líneas, las suelta en forma mecánica, de modo que quedan apabulladas por su mirada de fastidio. Si hay que interactuar para pedirle algo, parece que una es un niño malcriado, y ella, una maestra regañona. A veces, parece estar de mal humor, y a veces, nada más no parece de buen humor. (Según yo, aumenta la probabilidad de que me atienda otra persona, si me siento adentro del local -tienen mesas afuera-.) Al principio, me caía mal; pero la he visto tantas veces, que ya no me cae mal. Me ha tocado verla atender otras mesas y he podido confirmar que la cosa no es personal. Hasta parece que se esfuerza, pero es como si se esforzara por soportar, no por "hacerlo bien". Hoy la vi interactuar con sus compañeros. No tiene un trato agradable, y los demás responden a eso. Me causa curiosidad qué hace ahí. Tendrá necesidad del dinero, no habrá podido conseguir otro trabajo... Ojalá que acabe en un lugar donde pueda estar a gusto.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Con la cantidad de gente agradable que hay necesitada de trabajo...
    Besos.

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    1. Pues sí. No da para más porque está en el lugar equivocado, pero pues si hay que pasar por un sitio, habrá que pasar de la mejor manera posible, digo yo...
      ¡Besos, Macondo!

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