Eso me lleva a reflexionar sobre la inutilidad de las cosas que hacemos porque debieran funcionar, aunque sabemos que no funcionan (en este caso, actualizar la página). Supongo que la única ocasión en que funcionó, se queda guardada en la memoria, y brilla, atrayentemente, atándonos al intento. Luego están todas esas cosas que dejamos que funcionen como no deben, porque es cansado intentar que todo marche idealmente.
Silvia Parque
A mí también me dejan de actualizar los blogs de vez en cuando. Un beso.
ResponderEliminarLos misterios de Blogger :D En esta ocasión están tardando más que otras veces en reaparecer.
EliminarUn beso, Susana