martes, 20 de mayo de 2014

Un segundo acuario con lo que hay en casa

Las tortugas crecen, y hay que disponer de un espacio suficientemente grande para el tamaño que vayan teniendo, sea un acuario o un estanque. Si las tortugas no tienen espacio suficiente, pelean. Cuando veía pelear a las mías, las separaba; sacaba a una del acuario para que anduviera por ahí en la habitación -siempre se meten al mismo lugar, bajo un librero-.

Fue no querer ver, asumir que al volver a juntarlas en el acuario, como no peleaban mientras las veía, tampoco peleaban cuando no las veía. Entre más sucedía que al voltear a verlas, las descubriera peleando, menos podía quedarme con la conclusión de que estaban en paz cuando yo no miraba. Así que resolví tener un segundo acuario. Cada cual, su casa.

Ya estaba adecuando el presupuesto a la gran adquisición, cuando una caja grande de plástico volvió a mi vida. Hay que tener cuidado con la toxicidad de algunos plásticos, pero por lo que entiendo de materiales, esta caja pasa la prueba, así que la destiné a ser "acuario 2". Todavía había que comprar un calentador de agua, grava y piedras, pero lo más costoso ya no sería necesario. Entonces me di cuenta de que estaba pensando linealmente. El segundo "hábitat" podía ser seco, y las tortugas podían turnarse para estar en un sitio y en el otro -además de sus paseos por la habitación, y los baños de sol al aire libre en su acuario comedor-. Tenía tierra para macetas, así que ya podía ahorrarme la grava, y sobre todo, el calentador.

Finalmente, desocupé una caja de plástico que trabajaba en mi alacena de la cocina, y la convertí en alberca, dentro de la caja "hábitat 2". Una alberca muy pequeña para requerir calentador, pero donde la tortuguita puede mojarse y chapotear.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Yo creo que a la larga tendrás que separarlas. Un beso.

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    1. Eso es lo que he hecho. Construí otro hábitat para poder tenerlas separadas :)
      Un beso, Susana.

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