domingo, 4 de mayo de 2014

Estar o hacerse cargo de la seguridad de otros: capitanes, guardería, escuela

Leí la entrada "Capitanes" en el blog rabodeají, y recordé la tragedia de la guardería ABC, por lo que se criticó y se alabó, respectivamente, del comportamiento de alguna encargada que salió corriendo, buscando salvar su vida, y el del vecino que estrelló su camioneta contra una pared, para abrir un boquete y entrar al lugar incendiado, a sacar de ahí a los niñitos. De que el vecino es un héroe, creo que no hay duda. Y debe estar re-armado por el resto de sus días, con las bendiciones que deben haberle llegado de centenares de personas. Que eso debía hacerlo cualquiera con una camioneta y dos brazo y dos piernas... bueno: hay deberes morales que no pueden ser exigibles -no entre nosotros, seres humanos; las cuentas que entregamos en nuestra relación con Dios, son personales-. No todos tenemos la posibilidad psíquica de avanzar hacia el peligro por el bien de otros. Que quien huyó sea una irresponsable, casi una criminal, depende de cuáles hayan sido las responsabilidades precisas que correspondían a su puesto, y de los recursos de los que se le haya dotado para ejercer esas responsabilidades: ¿tuvo una capacitación? ¿hubo simulacros de desastre? Seguramente, no.

El caso de los capitanes es distinto: estaban al mando, tenían formación para estarlo, y parece que más que errores técnicos, hubo arrogancia o displicencia, lo cual, cuando están en juego vidas humanas, es algo muy grave.

En el primer día de mi primera experiencia como educadora en preescolar, una niña de segundo grado se cortó las cejas. ¿Tenía yo la culpa de que la criatura no usara las tijeras como es debido? La culpa, no; pero sí la responsabilidad. Y más, porque ni me enteré de que ocurrió -lo supe hasta el siguiente día-. Así que si se hubiera sacado un ojo, también habría sido mi responsabilidad. Y yo no sería más buena ni más mala de lo que soy, pero cargaría con eso en mi conciencia -como cargo con un par de cosas-. Tal vez parezca que esto no tiene relación con lo que iba exponiendo, pero pienso en el subdirector de la escuela coreana del caso del ferry hundido... Por lo que leo en noticias breves, sin profundizar, parece que lo que pasó estuvo completamente fuera de sus manos. Pero estar encargado de la seguridad de los chicos y que todo acabara en semejante tragedia, debió haber sido durísimo. Cuánta compasión necesitaría.

Silvia Parque

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