sábado, 3 de mayo de 2014

Credo sobre los defectos y las personas

Creo que somos, entre otras muchas cosas, un saco de defectos.

Creo que es normal que las interacciones entre las personas generen desacuerdo y conflicto -más entre mayor sea la intimidad-; eso no tiene por qué ser problemático. Llevar el desacuerdo y el conflicto a lo problemático, es cuestión de cómo se manejen.

Creo que somo un saco de defectos que cae encima de otros sacos y botes de defectos, en la caja de un camión de redilas. Nada más poniendo buena cara, se puede hacer un buen camino, en esas condiciones y con esa compañía. Por eso aprecio la tolerancia. Hay a quien "tolerar" le parece poca o mala cosa, porque queda mal parada frente al respeto y la aceptación. Pero suponer que todos nos aceptamos completamente y sentimos un profundo respeto por el otro con la totalidad de las expresiones de su ser, creo que es ingenuo o poco honesto. La tolerancia es la puesta en práctica de un respeto que no se "siente", y eso me parece la gran cosa, así como los actos de amor que no surgen del "sentimiento". Nada promueve mejor los buenos sentimientos, que el ejercicio de las conductas correspondientes a esos sentimientos.

Creo que la mayoría de las personas, nos encontramos con la necesidad de un modo simpático de acomodarnos a los defectos de aquellos a quienes tenemos más cerca, por quienes sentimos mayor cariño. Esto sucede naturalmente con la buena voluntad, pero a veces se pone difícil o se atrofia el mecanismo por el que se consigue.

Creo, por otra parte, que la elección de una persona para amarla el resto de la vida, tiene que ver con la percepción distorsionada de que no es un saco de defectos. Todos necesitamos que alguien piense eso de nosotros. Tal vez sea el cometido principal de una familia hacia sus niños.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Que entrada más bonita Silvia, y enlazando con la de "la visión del otro" cuantas veces tú me haces ir más allá en la comprensión de las cosas.
    En efecto, se nos venden conceptos e ideales preciosos que luego no están a nuestro alcance haciéndonos sentir mal por no poder asumirlos, y es tan sencillo como pararse y poner las cosas en su sitio.
    No es posible y probablemente tampoco deseable el respeto y la aceptación de todo, se nos llena la boca diciendo que respetamos al otro o sus ideas, pero sólo la boca porque no lo sentimos, y realmente es suficiente con la tolerancia. Aquí también entrariamos en eso que a ti tanto te gusta, que es utilizar el significado de las palabras correctamente.
    La tolerancia es más distante, no empatiza pero tampoco ataca ni juzga, deja estar, y la mayoría de las veces no se puede ir más allá, y ya digo, no es necesario.

    En cuanto al último párrafo, es precioso, sí, nos enamoramos principalmente porque de forma distorsionada de repente algo nos nubla la visión de los defectos del otro, y que ese otro no vea los nuestros es muy agradable, incluso que no los vea puede hacer que esos defectos se diluyan bastante porque deseamos que sigan viéndonos así. Luego el tiempo lo va poniendo todo en su sitio y esa visión distorsionada va desapareciendo, podemos salir de ahí totalmente decepcionados o asumiendo que pese a esos defectos la persona vale la pena.
    Con los hijos funciona de otra manera, en general hay un velo que siempre protege esa visión y lo tamiza todo, ahí creo que la naturaleza es muy sabia y crea un vínculo por encima de cualquier otro, posiblemente en un principio para proteger a la especie, llegados a nuestro grado de civilización, se convierte en la máxima expresión del amor por encima de todo.
    De nuevo me he liado demasiado. Besos

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    1. Ah, no te lías, le sacas jugo estupendamente :)
      Yo creo que es bueno tener ideales a la vista, dirigirnos hacia ellos; pero creo que llega a ser dañino creer que ya vivimos en el ideal; mejor, como dices "poner las cosas en su sitio" y ver cómo podemos arreglárnoslas con algo que no nos ponga un "excelente" en relaciones humanas, pero que sí asegure que trataremos a los demás de la mejor manera posible: aceptándole "de hecho", aunque no sintamos aceptación. Creo que es muy importante considerar nuestros sentimientos, reconocerles, darles lugar, pero eso no significa actuar en todo momento conforme ellos indiquen.
      Creo que si nos amáramos todos, nos veríamos los defectos matizados, porque los convertiríamos en recursos. Todo tiene siempre diferente aspecto, según desde donde se le vea. Una persona criticona puede ser una gran observadora. No nos amamos todos, pero podemos tratar, en la medida de nuestras posibilidades, de comportarnos como si nos amáramos... igual así se desarrolla el amor. ¡Y bueno, en casa...! Qué necesitados estamos de que alguien nos vea "bien". Tú lo explicas perfectamente. Y con lo de los hijos, no hay más que decir. Lo veo con mi sobrinita recién nacida. Nos tiene a todos embobados y le decimos que es hermosa y que la queremos, pero al leerte me ha llamado la atención que su mamita le dice repetidamente "eres perfecta, eres perfecta".
      ¡Besos, Inma!

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