Hoy perdí un pedacito de cuerpo y me entristeció cantidad. Perder la salud se vive diferente: el cuerpo está ahí, en malas condiciones pero ahí donde debe estar: los pies pegados a las piernas, las piernas embonadas en la cadera, la cadera junto al tronco y demás. Es tan difícil procesar la pérdida de un pedazo de cuerpo, que las personas que sufren una amputación, pueden seguir sintiendo la parte que les falta.
Yo contemplé hoy por la mañana un pedacitito de diente en mi mano, y aunque entienda perfecto que no es ninguna tragedia, la sensación de compunción me duró horas; ningún drama, nada que me distrajera del trabajo, solamente una tristeza pequeñita pero instalada muy bien.
Guardé el pedacito que es como una gotita solida de unos tres milímetros de largo. La aprecié y no la quiero perder por segunda vez, al menos hasta reparar el diente. Es mía. Le falta a mi cuerpo.
Silvia Parque
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