martes, 22 de abril de 2014

En camisa de once varas, de vacaciones

Desde mi perspectiva de la vida, las vacaciones cortas son para andar en pijama; básicamente: películas, posición horizontal, y un par de días de paseíto que no canse mucho, para no necesitar vacaciones de las vacaciones. Sin embargo, este pasado periodo vacacional, de la semana que marcaba mi calendario como "libre", pude disfrutar como correspondía solamente el jueves y el viernes (más el fin de semana). Me metí en camisa de once varas con un proyecto laboral que puede entenderse en dos partes: una creativa, interesante, que a mí me despierta emoción, y una "talachera", laboriosa, que preferiría delegar, pero para la que no puedo pedir apoyo, porque voy conociendo el proceso sobre la marcha.

Se terminaron las vacaciones, y sigo metida en el tema, que afortunadamente tiene fechas límite que van a poner fin al asunto. Hoy, programando las reuniones donde se expondrá cómo quedó la cosa, me he sentido como quien se emborracha y jura que no lo vuelve a hacer, para repetir cruda el fin de semana siguiente. Como lo que sigue es parte de lo que me gusta mucho, me pongo contenta y me siento bien de estar en el ajo. Este gustito es peligroso. Parece que, ya sea por la dinámica de la institución, por la naturaleza de las tareas o por los límites de mi competencia, no puedo dejar esta clase de "proyectos grandes" en la oficina. Y yo no voy a tropezar dos veces con una piedra que tiene un enorme letrero indicando "piedra con la que la gente tropieza".

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Si el trabajo te llena tienes mucha suerte. Aprovéchalo. Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues es que sucede que una parte de mi trabajo, que creo que es la mayor parte, me "llena" y me hace feliz; sin embargo, la pequeña parte que no es tan buena, tiene el efecto de "sacar de la oficina" el trabajo: hace necesario "tiempo extra". Y yo no estoy dispuesta a ese tiempo extra. En su momento pagué caro dar prioridad -sin querer- al trabajo sobre la familia. Ahora me preparo para que eso no vuelva a suceder.
      Un beso, Susana.

      Eliminar