jueves, 13 de febrero de 2014

Un gran salto para un sapito

En la secundaria, el último día de clases del curso, escribíamos mensajes de despedida en la última hoja de algún cuaderno. Uno de los tres años, un compañero al que llamaban "sapo", escribió -en mi cuaderno y en otros-: "Un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para un sapito". 

No sabemos de qué tamaño es el paso que está dando alguien a quien no conocemos bien. A veces, vemos a alguien que sí conocemos hacer algo que sabemos que le representa esfuerzo y le requiere valentía, y sonreímos en apoyo y reconocimiento a lo que los demás no ven. 

A veces toca sonreírnos a nosotras mismas, porque pudimos hacer algo que para todo el mundo es usual; porque obtuvimos un "algo" inconcluso, torpe, sin gracia, pero que en nuestra historia personal resulta valioso.

Silvia Parque

No hay comentarios:

Publicar un comentario