Cansan los quehaceres: lo que efectivamente se hace, y la sombra de lo que queda pendiente. Después de los treinta, cansan los días llenos, aunque estén llenos de cosas buenas y deseadas.
Cansan más que otras cosas, las frustraciones y los disgustos. [A este par mejor no hacerle lugar: que pasen de largo.]
Silvia Parque
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