domingo, 17 de noviembre de 2013

La pena-vergüenza y el tonito de disculpa

Mostrar un poco de pena-vergüenza cuando hacemos algo que afectó a otro, es bueno; provoca empatía. No la pena-vergüenza imposibilitadora relacionada con la culpa, sino la penita de "oh, lo siento" que no refiere un sentirlo en el alma, sino simplemente el reconocimiento del otro, quien ha resultado en alguna medida "afectado" en nuestro camino, aunque no sea por causa nuestra.

Un hombre abre la puerta de la cabina de la computadora que estoy usando, y mientras la cierra -de inmediato-,  balbucea algo que hace juego con su expresión de sorpresa y que haría innecesario un reclamo de mi parte.

En cambio, una mesera responde que "sí" cuando le preguntamos si el aguacate que ha servido es efectivamente la cantidad que corresponde a "una orden extra de aguacate". Un "sí" tajante, de "si le gusta bien, y si no, ni modo; ya lo ha pedido y se le ha servido". No es culpa de ella ni del cocinero, y de hecho, en el restaurante pueden cobrar lo que quieran por lo que quieran; pero si una está de servicio, viene bien ponerle un tonito de disculpa a la respuesta que se da al cliente que no está del todo satisfecho con algo.

Yo tampoco soy buena para eso. Cuando afecto a otros, si no lo siento -y muchas veces no lo siento-, no tengo la cortesía de hacer como si lo sintiera. Sería bueno revisar eso...

Silvia Parque

8 comentarios:

  1. Las disculpas son terriblemente difíciles y para el afectado, terriblemente necesarias.

    Qué antipática la mesera, Hay casos en los que sí, hay que aparentar que uno de veras lo siente.

    Están también los casos que no se merecen el esfuerzo de la apariencia.

    Y eso está bien :)

    Un abrazo.

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    1. Sí, Taty, las disculpas pueden ser bien difíciles y muy necesarias... a lo mejor entre más difíciles son más necesarias, y luego este "feeling" de saber cuándo es bueno aparentar que una "lo siente", creo que es cuando te interesa esa persona y no pierdes nada por aparentar un poco, más bien al tener la cortesía te construyes un "sí sentirlo", como por consideración...
      En cuanto a la mesera, pues la verdad sí me pareció antipática, no por nada personal, no por ella, su tono no llegó a lo grosero; pero una espera que quien le sirve en un lugar al que se va a pasarla bien, le trate a una bonito, no secamente; aclaro que además le preguntamos sí en el tono de "nos parece poco", pero no agresivamente ni contra ella.
      ¡En fin! Cada cual hace lo que puede ;)

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  2. Pues yendo al ejemplo práctico que has puesto, te diré que como camarera que he sido nunca he entendido esa actitud.
    Mi estrategia no era muy profesional, lo sé, pero siempre he pensado que me pagaban por servir y atender bien, no por dar la cara y disculpar los errores de "dentro", mi posición siempre era intermedia entre el cliente y los jefes, y ante una situación así yo lo tenía claro, no hace falta decir nada, un enarcamiento de cejas, una mirada y estás transmitiendo ese - lo siento, tiene usted razón, pero soy una mandada, no puedo hacer nada - Siempre me ha dado resultado, los clientes se sienten comprendidos e incluso aunque no estén satisfechos terminan dejándote propina por tu "empatía".
    Es más fácil así.
    Besitos

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    1. ¡Pues sí! Si una sabe que los precios están puestos, y al final en este caso sabíamos que no había error, que eso era lo que venía en la "orden extra", igual queda la ilusión de que te digan "ahí van un par de rodajas más", pero vale, no pasa nada; lo que una quiere es una sonrisa, un "lo siento" con la mirada, y ya está, igual hasta nos pueden decir "ah: pero es el mejor aguacate del mundo" y una se ríe y tan contentas :)
      ¡Besitos, Inma!

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  3. Yo tengo la costumbre de disculparme incluso cuando no es mi culpa. Un beso.

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    1. Mmm... pues hay casos en los que eso le da al otro contención o consuelo, se siente en compañía, y creo que es bueno... algo bueno que se hace por el otro; pero si es una disculpa como "tomando la culpa" que no nos pertenece, creo que acaba por hacernos daño...
      Un beso, Susana.

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  4. Yo tampoco soy buena en eso, además si la situación me parece que es injusta, digo una cosa pero mi cara dice otra :P
    Más de un disgusto me ha costado.
    Besazo

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    1. Me propongo ir haciéndome más tratable y más considerada; pero tampoco se trata de dejar de ser honesta y sincera :) En tu caso, seguro que los disgustos por la transparencia de tu gesto, nos pueden dar una buena entrada de blog ;)
      ¡Beso, Dolega!

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