sábado, 30 de noviembre de 2013

Cerrado por derribo

Luego de unos días muy cansados, física y psíquicamente, sin internet en casa y con el referido cansancio concentrándose en los ojos a falta de lentes, pensé en escribir una entrada del blog que se llamara como la presente, en sintonía con lo que podía esperarse de mi persona. Pero se descansa; he comprado lentes de contacto -la semana que viene llegarán los anteojos-, y las ganas de hacer tocan tan fuerte que con todo y el cuerpo resentido, mi ánimo decreta que estamos "a punto de abrir porque me da la real gana"; es más, estamos abiertos aunque tenga usted que pasar y atenderse por sí mismo... Esto quiere decir, ya en lo real concreto, que por ejemplo, pedí a la jefa oportunidad de hacer hoy lo que quedé de entregar ayer -que se esperaba entregara antier ya que no fue entregado antesdeantier-.

Cansada y todo, aprecio lo bueno: en los momentos difíciles se resuelve si aprendimos o no las lecciones de los momentos difíciles anteriores. Es cuando se vive diferente o no, lo que antes vivimos de un modo que resolvimos que preferíamos distinto -no tanto por lo que sentimos en su momento, que no cambia a voluntad, sino por las decisiones y los actos, que sí son gobernables-. Y cuando sucede que vivimos la misma cosa pero la vivimos diferente, por más difícil o pesado que sea el momento, hay algo esperanzador que se siente bien. Además, por supuesto, los momentos difíciles-duros traen consigo la oportunidad de identificar lo acompañada que está una. En ese sentido, me siento agradecida hasta la emoción de lagrimitas en los ojos, por lo afortunada que soy [y ya que estoy en el blog, sirva el pretexto para mencionar que entre lo más animador de la temporada, está seguir encontrando comentarios, a pesar de escribir mucho menos que normalmente].

Silvia Parque

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Notas sobre el sentido

- Darle sentido a la realidad alivia la angustia; organizar significados alivia la ansiedad.

- Hay que distinguir entre el sentido y el significado. El sentido articula un "para qué" último con un "por qué" fundamental y permite la comprensión, diferente al entendimiento que se relaciona más bien con el significado.

- No creo que la captación del sentido pueda provenir de una misma, aunque es una quien articula los elementos del sentido.
- - El sentido es una construcción social y el sentido que cada cual logramos construir respecto a una situación u otra, se origina en función de la relación con el Otro -con mayúscula- y en relación con la mirada del otro -con minúscula-.

Silvia Parque

martes, 26 de noviembre de 2013

Estar contenta depende de

Estar contenta no es una cuestión de lo objetivo. No depende de la situación ni de las circunstancias. Que conste que no digo que sea cuestión de decisión. Solamente digo que no es cuestión de lo objetivo.

A la mayoría de las personas nos quita el contento que pasen determinadas cosas; de hecho es señal de salud mental perder el contento cuando pasan determinadas cosas. Pero no son las cosas que pasan, en sí mismas, las que provocan o eliminan el contento. Es nuestra vivencia de esas cosas, y en la vivencia influye la historia de vida, las expectativas, la comprensión, los valores en juego, etc.

Silvia Parque

lunes, 25 de noviembre de 2013

Jeremías, Foucault y las posibilidades del poder

Según aprendo de la película del profeta Jeremías: hay que hacer lo que hay que hacer.

Asumiendo con Foucault que todas las relaciones son relaciones de poder, siempre hay al menos un momento en el que tenemos poder frente a alguien, sin contar esas relaciones en las que por nuestra posición, tenemos poder, digamos "establecido". Junto con el poder viene una responsabilidad no solamente con las otras personas, sino con nosotros mismos, y a veces se pone dificultoso... puedo ignorarte o tomarte en cuenta, puedo hacer lo que creo es mejor para ti, lo que creo es mejor para mí, lo que creo es mejor para ambos; pero todo esto, en medio de la complejidad humana, puede ser más que difícil. Puedo resolver que haré lo mejor para ti con la salvedad de que no me dañe, o lo que es mejor para mí nada más si me aseguro de que no te perjudica, o las múltiples variantes en grado que esto pueda tener, sin contar con que puedo engañarme a mí misma con "qué es mejor" o "qué hago por ti y qué hago por mí", y sin contar, además, con la distancia entre lo que resolvemos y cómo atinamos a movernos en los hechos.

Lástima que como le pasaba al rey con el que hablaba Jeremías, a veces no escuchamos o aceptamos qué es lo que hay que hacer.

Silvia Parque

sábado, 23 de noviembre de 2013

Sin internet

Juego solitario como fiera enjaulada, mientras tomo ánimos para escribir algo que me ronda en la cabeza. Pero no tengo café ni Nestea, y siento que necesito el fondo de Youtube, y que no me interesa mucho nada si antes no abro blogger y veo si tengo comentarios. Así fue, entre siesta y almuerzo en partes, la mañana de este sábado de noviembre, gracias a la compañía que provee internet a la casa donde vivo.

Tengo una gran colección de textos en digital, ganas de escribir, y por si me sintiera responsable: trabajo pendiente. Pero me parece difícil ocuparme de cualquiera de esas cosas sin Twitter abierto y sin un documental de ruido de fondo. Ahora me suministro una dosis que me permita sobrevivir a las horas siguientes, todavía con la esperanza de que llegue un técnico a arreglar el problema

Silvia Parque

viernes, 22 de noviembre de 2013

Comer por ansiedad

Se puede saber que una está comiendo por ansiedad, entre otras cosas, porque no hay satisfacción; la panza puede hincharse de modo que hace imposible ignorar que está llena -hasta rebosante-, pero no hay sensación de satisfacción. No puede haberla, porque una no está buscando calorías ni sabor. Lo que una ande buscando -o necesitando-, no está en la comida.

Silvia Parque

Los votos de confianza

Los votos de confianza que dan las personas que te conocen, basados en lo buena que eres en algo o para algo, suben la autoestima.

Los votos de confianza de las personas que no te conocen, basados en la imagen que has creado o la posición donde te sitúas, incrementan tu seguridad porque aumentan la seguridad en que el mundo se sostiene en la confianza.

Aparte están los votos de quienes te conocen en las más-malas, de quienes te han visto fallar e incluso apuestan por ti cuando estás caído.

Silvia Parque

Prefiero la libertad

"Entonces fueron abiertos los ojos de ambos,
y conocieron que estaban desnudos [...]" (Génesis 3:7)

Prefiero la libertad. Elijo desear y poder equivocarme. Ni el nirvana ni la condición angelical me atraen en esta vida. Compro mi voluntad con la fecha de mi muerte, y pago con gusto; vale la pena -literalmente-.

Sé que el vacío que abro empuja hacia toda suerte de rellenos que me dejan en el linde de empeñar la libertad, o de plano esclava de la falta (deseo y error) de otros; pero no es lo mismo perder algo que no tenerlo, ni es lo mismo perder algo una misma, por la calle, en el circo, donde sea, que ofrendarlo sin estrenar en una cámara inmaculada.

Silvia Parque

jueves, 21 de noviembre de 2013

Las personas y yo

"When I was young, I never nedded anyone [...]
Don´t wanna live all by myself anymore".

Aprendo a valorar a las personas específicas. Siempre las he valorado en abstracto y en general; con un entendimiento, digamos intelectual, de su valor. En lo que podría decirse "de cuerpo presente", la verdad, no han sido lo mío. Me he llevado mucho mejor con las palabras y con las ideas. Pero toca: es ejercicio pre-requisito del aprendizaje sobre mí misma, de la temporada.

Silvia Parque

Expectativa de cordialidad

Me dice la persona que no me siente cordial. No lo estoy siendo, efectivamente; pero no lo he sido en la mayoría de nuestros encuentros. Le pregunto si estará proyectándose y asegura que no; que él es una persona muy cordial (es cierto). Le pregunto qué le hará pensar que no estoy siendo cordial. No seguimos adelante con la conversación, pero me intriga: si usualmente no soy cordial, por qué un día, en un momento, notarlo y mencionarlo. Para mis adentros, concluyo que es porque la última vez que nos vimos, sí fui cordial. Somos animales de expectativas.

Silvia Parque

Las decisiones que pudieron cambiar mi vida

Inma escribió "Las decisiones que pudieron cambiar mi vida" y le copio -así de plano-. Las edades elegidas son las que eligió ella; las mías, creo que hubieran sido otras, pero estoy copiándole. Así queda:

Despierto. Tengo 15 años. Sigo teniendo fantasías sobre irme de la casa, pero un hombre me ha dicho "tienes un amigo aquí" y ahora sé a dónde iría. Participo en un taller literario; es mucho mejor que el anterior. Estoy interesada en el mundo, leo mucho y el sexo hace fiestas en mis palabras y en mi cuerpo. Daré mi primer beso y concluiré que siempre tengo lo que quiero, aunque a veces tarde en llegar.

Despierto. Tengo 17 años. Meto a un novio en el lío de mi complejidad, mientras me meto en el lío de la complejidad del hombre a quien me voy pegando. Mi vida está llena de sexo y textos y se siente estupendo, aunque a veces me conflictúa mi casa y se me sale de las manos lo del noviazgo. Escribo menos que antes, pero he publicado algo y sé que escribir es lo que haré toda la vida. Sigo siendo una estudiante de dieces, pero la escuela ha pasado a segundo plano; se lo he dicho a mi mamá y hasta voy a reprobar cálculo -pre cálculo- y no va a importarme.

Despierto. Tengo 19 años. Estudio Psicología. Escogí la carrera porque me serviría para escribir, pero ahora escribo solamente los trabajos para la escuela; eso me apasiona. La impresión de mi primer profesor de Metodología me deja la imagen de lo que seré al graduarme. Tengo una amiga que no hubiera creído. Estoy poco en la casa. El hombre que quiero me constituye -a veces decimos que somos hermanos-; me ha hecho bonita y libre.

Despierto. Tengo 20 años. Soy la mujer del hombre que quiero. Hacemos y deshacemos en un mundo privado donde voy a vivir para siempre. Vivo un de todo increíble de goce. En cuanto a la escuela, me voy por el lado de la psicología social; lo mío será investigar y dar clase. Por cierto, aunque mi amiga y yo notamos que las profesoras que nos gustan están solteras -aunque se hayan casado alguna vez-, lo que pase para la mayoría no tiene que pasar para nosotras...

Despierto. Tengo 21 años. Quiero un anillo de compromiso. Quiero casarme. Sigue habiendo más sexo del que puede creer mi ginecólogo, pero también hay discusiones; acabaremos en terapia de pareja antes de la boda, que voy a posponer seis meses para esperar a graduarme. Eso sí: me siento muy querida. Entretanto, hago prácticas profesionales. Ya he participado en un par de investigaciones y haré una tesis.

Despierto. Tengo 33 años. Aprendo a estar sola. Amo. Anuncio mi renuncia en el trabajo.

-- 41... Vivo en familia, en una casa con un estanque. No veo si hay niños, pero parece que todo está bien.

Silvia Parque

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Francés

El anfitrión de este bistró da una clase de francés, en un volumen alto de voz, a unos tres metros de mi mesa. Recuerdo mi querer aprender alemán , la necesidad de mejorar mi inglés... tanto que hay en el mundo por oír, tantos acentos, tantas intenciones; la poesía sin traducir... la dificultad de entendernos entre quienes hablamos el mismo idioma, en la misma región, en la  misma casa.

Silvia Parque

¿Cuál revolución?

Al desfile de la revolución, que en paz descanse.

Cuando era niña me sorprendió la alusión a la guerra de Independencia como "revolución de independencia". Hasta entonces, creía que la expresión "revolución" refería el movimiento de revolución de 1910 -que según acabaría por enterarme, sobre todo fue revolución agraria-. Me resultó de lo más interesante conocer el concepto y diferenciarlo de "revuelta", "movimiento social", etc. Reconocer a los caudillos y a los actos revolucionarios, como personas y como hechos en un contexto, fue uno de los pasitos de la niñez a la... no niñez.

Sería simpático, mucho después, entender lo absurdo de una "revolución institucional".

Silvia Parque

Agotamiento

Encontré ESTE texto en el muro de Facebook, y me sentí profundamente identificada, excepto con la alusión a "ser guerrero", que no viene al caso en mi marco referencial.

No me había topado con una exposición tan clara sobre cómo se agotan las relaciones humanas, y punzantemente las relaciones amorosas, alrededor de tal figura: el agotamiento. "Agotamos a las personas", dice el autor. Y pienso que se agotan las relaciones -muchas, algunas- porque nos agotamos las personas; unas personas a otras, y tal vez cada cual a sí mismo al no ver o no ocuparse del propio agotamiento.

Usamos "agotar" para aludir a algo que termina, pero puede ser algo que se extingue o algo que puede recuperarse. Si se agotan los boletos para un concierto, no hay ni habrá más boletos; si se agota la gasolina del tanque del coche, se le puede poner más. Hay muchas variantes que pueden ser alegorías del agotamiento de las personas y de las relaciones... Si se agotan los boletos de un concierto, podemos buscar a un revendedor, pero el boleto saldrá más caro. Según me aleccionaron antes de mi primer coche, dejar que se vacíe el tanque de gasolina daña la bomba de gasolina. Sacar lo agotado de debajo de las piedras, puede llevar a lo que vimos en Parque Jurásico... o en Cementerio de mascotas. Pero es verdad, también, que hay cuerpos extenuados que se reponen con algo tan básico como sueño, agua y nutrientes.

Lo anterior, respecto a las posibilidades del agotamiento, o de lo que se ha agotado; lo terminante o temporal del mismo.

Lo valioso del texto está en lo ilustrativo que resulta sobre las maneras en las que nos agotamos. No podría agregar algo a eso, así que me limito a comentar mi experiencia: fue consolador, como alivio a una garganta irritada, ver las referencias a lo que me ha agotado; sentí legitimada mi debilidad, por la que estuve reclamándome un tanto ásperamente. Por supuesto, además, no habría podido escapar a la imagen nítida de cómo soy agotadora; lo sabía desde una perspectiva en la que puedo resultarme insoportable -a mí misma- de un modo culposo que no ayuda mucho a moverme de ahí. Así como lo expone el autor, resulta simple de un modo que comprendo más allá de entender. Me da calma como cuando hace años descubrí que las tres de la mañana no es un momento para seguir una discusión, aclaración o pelea. A las tres de la mañana hay que dormir, o al menos, dejar dormir al otro.

Silvia Parque

domingo, 17 de noviembre de 2013

La pena-vergüenza y el tonito de disculpa

Mostrar un poco de pena-vergüenza cuando hacemos algo que afectó a otro, es bueno; provoca empatía. No la pena-vergüenza imposibilitadora relacionada con la culpa, sino la penita de "oh, lo siento" que no refiere un sentirlo en el alma, sino simplemente el reconocimiento del otro, quien ha resultado en alguna medida "afectado" en nuestro camino, aunque no sea por causa nuestra.

Un hombre abre la puerta de la cabina de la computadora que estoy usando, y mientras la cierra -de inmediato-,  balbucea algo que hace juego con su expresión de sorpresa y que haría innecesario un reclamo de mi parte.

En cambio, una mesera responde que "sí" cuando le preguntamos si el aguacate que ha servido es efectivamente la cantidad que corresponde a "una orden extra de aguacate". Un "sí" tajante, de "si le gusta bien, y si no, ni modo; ya lo ha pedido y se le ha servido". No es culpa de ella ni del cocinero, y de hecho, en el restaurante pueden cobrar lo que quieran por lo que quieran; pero si una está de servicio, viene bien ponerle un tonito de disculpa a la respuesta que se da al cliente que no está del todo satisfecho con algo.

Yo tampoco soy buena para eso. Cuando afecto a otros, si no lo siento -y muchas veces no lo siento-, no tengo la cortesía de hacer como si lo sintiera. Sería bueno revisar eso...

Silvia Parque

Yo que ni un momento...

Si posiciono el cursor en el ícono de las barritas, me dice que hay señal de internet y que estoy conectada. Pero no estoy conectada. O estoy conectada como una pareja en la que el amor o la atracción o la costumbre, o algo en el aire ata, pero no hay convivencia, ni intimidad... ni relación. Así se quedó la casa amarilla: con un módem con lucesitas pero sin que sus habitantes podamos abrir una sola página de internet.


Silvia Parque

viernes, 15 de noviembre de 2013

Las pérdidas y el tiempo

No participé en el taller, pero escuché la instrucción de la actividad: anotar las pérdidas vividas diez años atrás, cinco años atrás, y hoy. Qué importante dimensionar en el tiempo. Algunas señoras cuentan haber sido talla X, como si lo hubieran sido diez meses antes, cuando lo fueron diez años atrás.

La ubicación espacio-tiempo es uno de los elementos importantes para valorar la cordura. Aunque pocos son los que creen efectivamente estar viviendo en un año que no es, en un lugar donde no están, muchos dejamos pedazos del alma en una situación que puede ir quedando lejos, y así vamos arrastrando hojas del calendario, como quien lleva la falda metida en la pantaleta.

Silvia Parque

Apareció

Ella es fresca. Se puede apasionar y hasta hace poco se enojaba y lloraba cuando alguna cosa; pero ahora va ligera de equipaje, así que puede soltar lo que antes le hacía enojar o llorar. Es normal; con sus cuitas y sus dificultades, con sus virtudes y habilidades; normal como poca gente: sana, con clara conciencia de sí. Eso no se ve mucho, así que se distingue, aunque es tan normal que no es llamativa -creo que ahí está lo que la hace fresca-. Es generosa con su tiempo y su atención; confía y comparte.

Un regalazo, que alguien así aparezca y se haga amiga.

Silvia Parque

Café tras café

Hablar es una maravilla. Con la persona profesional es terapéutico. Con la persona cercana es vía para la intimidad. Con el conocido es puente. Con la amiga es fuente de consuelo, alegría, esperanza. Con cualquiera es medio para aprender.

Con la palabra nos damos y por la palabra recibimos a los demás. Hablando se construyen relaciones, artefactos, realidades. 

Silvia Parque

jueves, 14 de noviembre de 2013

El baño de mi analista

Hoy salí del baño de mi analista tarareando. Seguro significa algo.

Habría que mencionar que hoy el contento estuvo tocando a la puerta varias veces, de modo que acabé por darle el pase.

Pero bueno: ya con la tarde haciéndose noche, fui a mi sesión de análisis. Nada de miel sobre hojuelas. Y sin embargo, al final fui al baño a sacar de mi cuerpo la pipí que debió haberse quedado en el baño de mi casa, y salí tarareando. Como ahí casi todo significa algo, seguro eso también.

Silvia Parque

Opciones

Las opciones se agradecen. Son como equilibradoras: como contrapesos para lograr el equilibrio vital cuando las situaciones se ponen "intrigantes"; así se logra que la intriga no ponga penumbra. Aunque desde el principio se sepa que no se van a elegir, alivia contar con ellas; algunas, inesperadamente, se convierten en elegibles al cambiar una situación. Es uno de los recursos que más provocan la sensación de riqueza; el otro es el tiempo.

Silvia Parque

Ensalada para la cena

Para cenar, nada mejor que una buena ensalada. Cierto que un panecito se asocia más con la noche y se antoja más con el frío, y que lo clásico para traer de la calle, son los tacos -para comer en la calle se agregan hot dogs o hamburguesas-; pero nada mejor que una ensalada que deje la sensación de satisfacción y ligereza.

Silvia Parque

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Decisión en 1, 2, 3

Por un lado: el frío recio con ínfulas de continuar por la mañana, el cansancio de los que no dejan descansar, y las ganas de empezar una tarea de las que son más delicia que gusto. Por otro lado: la hora, y con la hora, el cálculo del tiempo que tarda el cabello en secarse (no duermo con el cabello mojado sobre la cama).

Para hacer el malabar: vale quitarle un rato al sueño por descansar bien; además, el baño nocturno permite despertar más tarde... y siempre es mejor para mi cuerpo mimado, omitir el baño por la mañana en las mañanas frías... Así que decido. Esto por un lado, esto por el otro, y luego entonces: lo que yo diga.

Ojalá así fuera con todas las cosas.

Silvia Parque

Un elefante rosa

No soy de muñecos -o no de esos-: llegó por mi cumpleaños, dije "gracias" y pensé en sacarlo de su prisión de papel celofán, pero lo dejé preso en donde no estorbaba, hasta que un día quise verlo, y lo acomodé.

Ya se sabe que los elefantes blancos son esas cosas muy apreciables que no sirven y además merman. ¿Pero qué es un elefante rosa, además de alucinación en película de Disney?

Silvia Parque

Otra oportunidad

Es muy conocido ese poema usualmente atribuido a Borges, en el que la voz asegura que, si pudiera vivir otra vez, viviría diferente.

Hay un "si hubiera" lamentativo que inhibe la vida; pero hay un "si pudiera" que impulsa un "¿cómo podría?", del que a su vez puede salir aprendizaje y cambio.

Tal vez lo más preciado que hay en la vida es cada "otra oportunidad"...

Silvia Parque

martes, 12 de noviembre de 2013

Escuchar

A menudo, no escuchamos. Oímos una primera palabra y nos liamos en lo que eso nos evoca, antes de oír la oración completa; a veces, antes de oír una segunda palabra.

Hay palabras muy fuertes que ayudan a que no escuchemos, algunas son más o menos universales, como "culpa" o "muerte", pero la mayoría se enlistan según la historia personal.

Para escuchar es necesario hacer silencio al interior. No hacer eco a las palabras del que habla, no tener una respuesta rápida. Para hacer ese silencio, hay que estar en calma.

Silvia Parque

Eventos

Organizar eventos suele servir a intereses que no son los del objetivo explícito del evento. Están esas cenas con afán de recaudar fondos para la caridad, en las que evidentemente se recaudaría más ahorrando lo que se gasta en la cena. Están esos actos en los que importa el gesto político de repetir cuatro frases clave en el discurso, aunque el discurso no diga nada importante o diga falsedades. Está toda la parafernalia de inauguraciones, clausuras, agradecimientos y etcéteras, que tienen un sentido, por supuesto, pero que muchas veces no son planeados para servir al objetivo enunciado del evento.

[Como tal vez pueda adivinarse, mañana hay evento en donde trabajo.]

Silvia Parque

Temores


Leí a Susana, y pensé: "¡no tengo miedo!" A nada, excepto, claro, a lo que tengo miedo... Todos, por supuesto, tememos algo. Hace años, yo temía una cosa, otra, alguna más, y otra menos pero también. Luego mi vida se fue poniendo monotemática, y la pluralidad de miedos se dispersó para concentrar mi capacidad temorífica en el asunto alrededor del cual estuve orbitando. El temor concentrado creció, adornado con crisis de angustia... hasta que se presentó el monstruo. Y se acabó el miedo. Quedaron los efectos del susto, pero se acabó el miedo. En realidad no es cierto porque quedó un chorrito de miedo que mantiene el hábitat para el gran temor; pero el gran temor no está... Y los miedos que había antes y se dispersaron: tampoco

No es que yo sea ecuánime: me dan miedito los puentes peatonales de metal y los perros bravos. Pero eso no me impide nada; esos mieditos no cuentan.

Silvia Parque

lunes, 11 de noviembre de 2013

Vendedores

¿Han oído a esos vendedores que aseguran que si el hombre de la casa quiere a su familia, comprará el producto X, para que sus hijos consigan Y en la vida? Hay de esos vendedores en todos los ámbitos: en la religión, en la psicología, en la gastronomía.

Silvia Parque

Relatoría

Tengo 33 años hace poco más de un mes. Hace poco más de un mes, también, tengo una vida que no imaginaba. Desde afuera no se nota la diferencia, pero hubo un giro mortal con estruendo, y ¡zaz!: una vida otra. Hace casi siete meses me lo anunció -la vida siempre anuncia-, pero no entendí bien... soy lenta entendiendo cuando se trata de cosas mías y no se me habla en lenguaje científico. Pero bueno: que mi vida de hoy no es lo que yo había supuesto que sería hace un año, mucho menos lo que yo deseaba para este punto, hace diez años -aunque tengo montón de cosas para agradecer-.

Al mismo tiempo, extrañamente, si me fijo, resulta que estoy en lo que estoy porque hice, porque no hice, porque dije, porque no dije, porque pude o no pude; es decir, estoy en donde me puse, y algo en mi intuición me dice que me puse donde estoy por una buena razón... también por tonta, pero sobre todo, por una buena razón... es decir, que habría habido mejores modos de seguro, pero este camino lleno de baches, es el modo en el que pude traerme al punto de aprender lo que me toca aprender. Corrijo: es más "para algo bueno" que "por una buena razón"... El caso es que le huí tanto a esta temporada de la serie, que no cabe duda de que tengo algo que aprender de ella... no estoy segura, con precisión, de qué cosa; pero tiene que ver con hacerme autónoma. Siento que si lo aprendo, se me va a acomodar la vida, y que si no lo aprendo, me voy a quedar ciclada. Así que me aplico. Pero estoy como con un cono de la vergüenza o uno de esos artefactos para que el caballo no mire más que al frente; instalada en el "solo por hoy", sí puedo: se me aparecen cosas bonitas y buenas, se me abren oportunidades y cada día me trata bien. Pero ni pensar en el año pasado o el año que viene. Ni pensar en que a los 33, le siguen los 34.

Silvia Parque

Ni prisa por llegar ni vueltas en círculo

Se ha dicho que quienes crecimos con microondas, esperamos que todo en la vida se cocine de inmediato; pero en generaciones pasadas también hay montones de abandonadores de proyectos. No se nota porque al parecer, la mayoría de las personas se centraba en sobrevivir, y hacer realidad los sueños era realmente poco esperado.

Creo que pasa una de dos cosas: desistimos al no ver una señal de que vamos por buen camino, casi siempre porque somos incapaces de reconocer las señales -que a veces son, simplemente, las sensaciones de estar en lo que corresponde-; o bien, aminoramos el esfuerzo ante las señales de que vamos por buen camino, y se detiene el avance.

A mí los caminos me gustan mucho. Me dan condiciones para pensar, y pensar es lo que más me gusta. Pero si se junta ese gusto con un poco de turbamiento y un poco de pereza, el camino atrapa, y una se queda nada más yendo, sin ir a algún lado -como la astronauta de Gravedad, que nada más conducía-.

Silvia Parque

domingo, 10 de noviembre de 2013

Libre de sentir

Es liberador y consolador, saber que nuestros sentimientos, buenos y malos, nos pertenecen. Podemos limitar o controlar los actos que los expresan; podemos vernos limitados o controlados en dicha expresión, por actos de otros (si me tapas la boca no puedo decir ni "te odio" ni "te quiero"). Pero en cualquier caso, podemos sentir lo que sentimos, plenamente, completamente, por todo el tiempo de vida del sentimiento.

Silvia Parque

El concierto

El escenario tenía como fondo una imagen de un barrio, que se iluminaba de modos diversos, casi siempre haciendo brillar una enorme luna. Compensando los límites de su voz, le acompañaron estupendos cantantes, y como cabe suponer, la cantante mujer se movía para gustar no nada más por lo que saliera de su boca. Él hizo lo propio por caer bien. A pesar del cuerpo flexible y la cara cuidada, le vi la edad que no se le ve en las fotos.

Desde que salió, me instaló una sonrisa móvil con la que canté toda la noche. Fui acordándome de mí. Querétaro es tan conservador y clasista, que hace gracia ver y oír a un público en esta ciudad, aplaudir y corear canciones sobre situaciones y cosas que en la calle les harían arrugar la nariz. Yo que, por decir lo que se puede decir, sí he dicho a algún desconocido, en equivalente mexicano: "qué guay si me invitaras a cenar", me reacomodé en mi posición vital: noté cómo estoy justamente donde corresponde al camino que tomé, y sentí alivio.

Silvia Parque

Silvia la exploradora, en Vizarrón

Vivir en Querétaro tiene la maravilla de que se puede pueblear con poco dinero y en un solo día. Hoy he ido de exploradora a Vizarrón de Montes, en el municipio de Cadereyta. Su altura (2060 metros, según dice AQUÍ) me vino bien porque siendo de presión regularme baja, entre más arriba, más viva. Además, volví a ver un horizonte amplio; no como el de mi tierra, que es el de mi tierra: pero amplio azulísimo: más cielo del que haya visto en otro lugar queretano.

Corroborando que los viajes ilustran, me di cuenta de haberme dado cuenta antes, de que los perros de los pueblos son más bonitos que los de las ciudades. Pero no se supone que eso sea lo que se diga de Vizarrón. Hay que mencionar, más bien, que sus gorditas de maíz verdadero están muy buenas.

Su precioso templo, del que lamentablemente AQUÍ no pueden verse los hermosos vitrales, es el templo en modalidad humana, más bonito que he visto. Hay construcciones impresionantes en todo el Bajío, pero son templos con ánimo casi -a veces sin el "casi"- de aplastar lo humano; éste, será por tanta piedra que tiene, es como... terrenal. Muy bonito. Creo que provoca ganas de sentarse a platicar con Dios, muy en confianza. En cambio, hay una capilla aparte, con un confesionario que entre su forma de cilindro, sus recubrimientos de mármol, y el techo abovedado, es una cosa fabulosa, pero apabullante: mis pecados ya de por sí hacen mella sin eco.

Quise conocer Vizarrón desde que llegué a Querétaro, por efecto de una elocuente descripción que me metió en la cabeza las calles empedradas de mármol. Y sí. Es una cosa que hay que ver.

Silvia Parque

sábado, 9 de noviembre de 2013

Cuentos fantásticos

Adoro los cuentos fantásticos. Me encantan las aventuras con magia y en reinos lejanos. Soy público fácil para todo lo de ese tipo (en esto, prefiero las películas sobre los libros); suele haber crueldad, amor, y principios sobre la vida: gran combinación.

Silvia Parque

Cumplió años la doctora

La doctora me curó de mis desmayos cuando éramos niñas. Luego me curó de una torcedura de amor que se me estaba enquistando. Ya después las cosas serían más complicadas: más de sanar que de curar... pero a ella se le da: la recuerdo salir tras de mí una noche interesante en la que empecé el camino hacia lo que iba a a ser la locura de mi vida; se quedó a una distancia prudente, viendo que yo estuviera bien. Así es; podía haber estudiado música, pero estoy segura de que tenía que ser medicina: se le da hacer bien.

Silvia Parque

Código de comprobación como llave de acceso

Hace un par de semanas, Microsoft o quien gestione las cuentas de Microsoft Outlook, me dijo que dudada de mi identidad porque yo no había abierto mi cuenta de correo X, hacía un buen rato. Aunque abro dicha cuenta todos los días, decenas de veces al día, no me importó ir a abrir mi otra cuenta de correo, -llamémosle Y-, para ver y copiar el código de comprobación de identidad que acepté que enviaran, a fin de poder autentificarme en la cuenta X. Pero Microsoft -o quien gestione las cuentas de...-, identificó que también hacía demasiado que yo no entraba a mi cuenta Y -que también abro varias veces al día-, y consistentes, ofrecieron enviar un código de comprobación a mi cuenta X, lo que acepté, temiendo que pasara lo que efectivamente pasó, y es que la cuenta X se negara a dejarse abrir sin el mentado código enviado...

Así nos ponemos a veces entre personas.

Me ocupé de otras cosas, y unas ocho horas después, entré sin problema a las dos cuentas, que no sé cómo resolvieron que no había nada qué dudar. También, a veces, así se arreglan los asuntos entre las personas.

Silvia Parque

viernes, 8 de noviembre de 2013

Amistad

La amistad no requiere de cercanía física, pero sí de la presencia. No requiere tanto de compatibilidad como de buena voluntad, aunque se afianza a través de lo que las personas tienen en común. Me gusta que no "requiere" de mucho, que no tiene muchos ingredientes selectos mezclados en una forma precisa. Será porque la dejamos que se dé y que fluya, sin las aprehensiones con las que llegamos a vivir el amor.

Silvia Parque

Lo que es y lo que hay

He estado oyendo entrevistas que le han hecho a Eugenio Derbez como parte de la promoción de su película, que no he visto; las oigo porque me interesa su historia de trabajo rumbo a hacer realidad un sueño. En ESTA, que le hace Adela Micha, al final ella dice: "No soy de las nuevas amigas que te han surgido, ni de las nuevas fans; te he admirado y te he respetado siempre, y te quiero mucho". Me recordó cómo algunas relaciones dejan de existir, y sin embargo, el respeto por la obra de la persona, la admiración por su talento, el cariño por la persona en sí misma, no se mueven ni un ápice.

Silvia Parque

La gente la riega y lastima

La gente la riega. Me gusta la expresión porque imagino regueros: de vida, de palabras, de cosas perdidas, de escoriaciones. A veces, este regarla lastima a otros.

Creo que excepto cuando "el otro" es un niño, nadie es responsable de lo que otro sienta; pero sin duda hay gestos, palabras, actos, que ordinariamente lastiman a una persona ordinaria -y la mayoría somos ordinarios en "desarrollo emocional"-.

Así que la regamos y lastimamos; todos. Es evidente, pero tardamos en estar en paz con eso. Sobre todo cuando se refiere a los gestos, palabras, actos, de quienes son o fueron más cercanos y de aquellos cuya cercanía estaba signada por un rol que implicara la consigna cultural -imposible- de no regarla y no lastimar (el ejemplo paradigmático es el de la madre).

Silvia Parque

jueves, 7 de noviembre de 2013

Despertador

No puedo confiar en que mi reloj biológico me saque de la cama, a la hora en que conviene, entre semana. Así que en lo que conocía la alarma de mi nuevo teléfono-reloj, usé ESTE despertador-en-línea.

Unos años desperté con un timbre similar; es buenísimo: causa una casi imperiosa necesidad de detener el sonido, pero no lastima, no es estridente.

Silvia Parque

Aprender la lección

Cada día trae su "lección del día"; no es difícil ubicarla, entre mi análisis y mis compañeros de viaje -así sean compañeros de un pequeño tramo de un sendero-. Lo difícil es aprender la lección: asimilar: asumir: cambiar a partir del aprendizaje. Como estoy volviendo a repetir la asignatura -que no es lo mismo que simplemente "repitiendo"-, el curso es del tipo "a ver, con manzanitas" y "mañana lo intentamos de nuevo". 

Silvia Parque

En esto de vivir

Últimamente tengo más en cuenta que en lo profundo del corazón somos los que éramos con la ingenuidad de los doce años y con la ternura del jardín de niños.

En las ilusiones y los miedos se expresa claramente lo que tenemos de creaturas inacabadas. Suelo pensar que las personas duras que se ven por ahí son o fueron el niñito o la niñita de una mamá y ya sea que hayan sido adorados o apenas medio vistos, pensarlos así me hace tenerles buena voluntad; más si llegara a saber que no hubo una mamá... así que parece que la clave es pensarlos como niñitos necesitados de una mamá.

Sin embargo, aunque entiendo que el sufrimiento es el sufrimiento, de quien sea, me conmueve más que sufra una persona que tiene pocos años de andar en esto de vivir. Me siento inclinada a "favorecer afectivamente" a los que están siendo niños.

Silvia Parque

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Lista

Me he exfoliado la cara y me he depilado la cuarta parte de las piernas, lo cual es bastante para mis costumbres en materia de cuidado personal. Esta noche nos conocemos.

Ya no está en mis sueños sexosos, pero no tengo problema en mudarme a Madrid.

Silvia Parque

De mi gusto por las vacaciones a la vida temática

Ha sido caminar por el centro a mediodía, y comprobar -no había necesidad- que lo mío es ir por la libre. Viví con esta sensación mientras me dediqué a la docencia universitaria. Ahora que estaré escribiendo, ya gozo las mañanas y las tardes del año que viene, estrenada como "trabajadora autónoma" (según wikipedia: "cuentapropia" o "independiente").

Más de una persona me ha preguntado de buena fe, si estoy segura de que me conviene dejar un trabajo estable, como subrayando: estable. Estaba segura de que lo haría, aunque tuve que reflexionar sobre el momento para hacerlo; una vez decidido el momento, estuve segura también de eso. Sé que me va a ir bien, como sé cuál es mi fecha de nacimiento, porque ese no es mi "tema". Tengo una teoría sobre la vida-temática, que no recuerdo si he expuesto por acá*...

Creo que la vida de cada cual se trata de "algo" y con eso de lo que no se trata, no hay problema; así como en las películas. Si la película de aventuras se centra en lo difícil que es ocultar la identidad, no hay problemas de salud aunque los protagonistas atraviesen el desierto y la montaña; no los habrá porque no son parte de la trama... creo que parece que estoy diciendo una verdad de perogrullo, pero el paralelismo con la vida no es necesariamente evidente, y sostengo que está ahí: nuestra vida se centra en una o varias complicaciones, y lo demás lo tenemos despejado; en cuanto una reconoce de qué se trata, puede aprovechar todo lo que está despejado. Es una maravilla.

* Sí: empecé a hablar de esto aquí: Cambiando el tema del año.

Silvia Parque

"Y me quedó más bonita"

Casi por puro afán de perder el tiempo, acabé oyendo ESTA entrevista de Platanito a Eugenio Derbez, en la que, narrando cómo surgió su película en cartelera, cuenta que no le daban trabajo en el cine:
Dije: bueno, ok, voy a hacer mi propia película, voy a hacer mi propio guión [...] y empiezo a escribir mi propia historia junto con [...] y empiezo a diseñar esto, y me tardo doce años... ¡y me quedó más bonita, que las que no me contrataron!
Ante el "no" de los demás, el "sí" propio. Apuesto por la idea de crear los espacios que necesitamos y me parece importante recordar que no es generación espontánea: los sueños se convierten en realidad con constancia.

Silvia Parque

martes, 5 de noviembre de 2013

Fenómeno

No quisiera escribir sobre lo mismo. Pero este fenómeno de invisibilización de tortugas es de llamar la atención y supera con creces la carga paranormal de la desaparición de calcetines.

Anteriormente, cuando paseaban por un espacio mayor, con más muebles y objetos, podía asumir que estaban detrás o a un lado de algo, camuflajeadas con algún color o escondidas por la sombra de alguna cosa. Ahora, segura de haber revisado cada punto de esta habitación, realmente no entiendo dónde se meten, y aunque mi razón me asegura que no han desaparecido, no deja de inquietarme que se haya dado algo totalmente improbable, como que al salir yo al baño, alguna haya sido capaz de empujar la puerta que debe ser unas cien veces más alta que ella "de pie".

Seguramente, las veré mañana.

Silvia Parque

Para el miedo

Cuando era niña, me daban miedo los perros de la calle. Salía poco sola -y cuando lo hacía, era muy cerca de la casa-. Esas pocas veces en las que salía sola, a veces había perros. Alguien, creo que mi mamá, me dijo que me tocara el ombligo, y los perros no iban a acercarse; no me vio muy convencida, así que agregó que rezara el Padre nuestro. La sugerencia me trajo a la mente una imagen muy popular por esos años, de unos niños atravesando un puente, con un ángel detrás; yo tenía un cuadrito con la imagen en mi habitación, y había otro más grande en la casa; no eran idénticos. Aunque tuve algo de miedo cuando vi el siguiente perro, había concluido que la oración no podía fallar, porque seguro que una mordida era parte de los males incluidos en "líbranos de todo mal". No volví a tener gran miedo por eso. Todavía soy precavida con los perros: a veces prefiero pasarme a la acera de enfrente, o tomar otra calle por evitar alguno que se ve inquieto, pero no diría que "me dan miedo los perros de la calle".

Silvia Parque

lunes, 4 de noviembre de 2013

Yo no fui

Qué tentador resulta considerar que una entidad maligna, ajena al ser humano, empuja a cualquiera hacia el "mal camino", de modo que nuestra falta es no haber sido fuertes.

Qué atrayente parece ser, identificar a un grupo determinado como agente de los males de una comunidad o del mundo entero. Y qué gran necesidad tendremos de diferenciarnos de "ellos".

Cuánto más rápido nos damos cuenta de lo que el otro hizo mal, comparado con lo que tardamos en ver las vigas que llevamos en el ojo.

Silvia Parque

Un brassiere, diecinueve años después de otro

Estaba en medio de una conversación cuando vi que la varilla de mi brassiere trataba de escapar, y como no dejó que la regresara a su sitio, la saqué. Jugaba con ella en la mano cuando sus ímpetus de libertad la hicieron volar, afortunadamente a la derecha de mi interlocutor, y no a su cara. Recordé estar en medio de una conversación que sostenían otras dos personas, y recibir el anuncio de que estaba escapando la mitad del calcetín blanco con el que rellenaba una de las copas de mi brassiere de adolescente.

Silvia Parque

¿Postre?

Las tortugas tienen su casa y el comedor aparte. Casi siempre le doy de comer primero a una y luego a la otra, para evitar que quieran la misma bolita o tirita. Les gusta que les vaya dando; comen más así, que si vierto toda la comida y la dejo ahí; ven mi mano y la siguen.

Sirvo, sirvo, y vuelvo a servir, hasta que la que come, se muestra satisfecha (o aburrida; es decir: hasta que deja de comer).

Así las cosas, comió Turtl -no "turtle"-; la regresé a su casa, llevé a Turquesa al comedor, y empezó -Turtl- a buscar entre las piedras del piso del acuario, y a abrir la boca como si fuera a morderlas. Hace unos días, les dio por comer las piezas de calcio; tal vez anduviera buscando restos... no me dice.

Silvia Parque

domingo, 3 de noviembre de 2013

Voy a hablar del segundo blog


El primer blog que abrí se convirtió en "De palabras y cosas así". "no soy Sylvia Plath" fue el tercero en aparecer, y hace poco nació "Para antes de dormir". Voy a hablar del segundo blog.

Debajo del título se leía "Sobrevivir a los treinta años, al matrimonio y al trastorno de ansiedad generalizada, todo en un mismo cuerpo". Fue una especie de diario muy íntimo que publiqué en el 2011, en medio de una crisis. Ahí me expresé nada más que para desahogarme, y fue realmente un recurso efectivo. La crisis pasó, y las entradas del blog fueron expresando cómo navegaba con los problemas que no se disuelven porque haya pasado lo crítico. Fue dejándome de hacer falta este tipo de expresión catártica, y finalmente -aunque siempre lo mantuve "en secreto"-, saqué el blog de circulación. Decidí trabajar un poco algunas de sus entradas, y publicarlas en el entonces recién renovado "De palabras y cosas así", hasta hoy. Aunque todavía tenía bastante material, hace un momento lo eliminé. Estaba salpicado de expresiones amorosas y recuerdos felices, pero no quiero toparme con el rastro de dolores y dificultades que habría sido bueno acabar de limpiar en cuanto ya no había esos dolores y dificultades. Para eso nunca es tarde.

Este mundo del blog, como todos los que habitamos, está hecho de gestos simbólicos.

Silvia Parque

El amor

El amor se expresa en la voluntad de que sea lo bueno para lo que es amado. Creo que se puede hablar de amor hacia cosas, como el coche o el teléfono (o hacia abstracciones, como el dinero o la libertad), cuando la persona que ama esas cosas, las cuida y las procura, es decir, tiene voluntad de que sea lo bueno para esas cosas, por encima del servicio que brindan, como cuando un hombre conserva el coche de su juventud, al que tiene aprecio, aunque ya no sea funcional y haya comprado un coche nuevo.

Si se ama, se desea y de ser posible se procura lo bueno para el objeto de amor, independientemente de lo que se reciba a cambio. Como no podemos sino sentir y dar amor humano, el amor se nos mezcla con apego, y convive con nuestras faltas y limitaciones; así que por ejemplo, una mamá que ama a su hijo puede elucubrar formas de castigarlo cuando llegue a casa, no para educarlo sino para quedar a mano con lo que ella se ha mortificado esperándole a deshoras. No somos ángeles, así que con suerte vivimos ese amor humano, correspondido o no, y navegamos con las complicaciones que trae la implicación sentimental en un mar -o lago o río o charco- de apego y carencias.

A veces, tal vez también con suerte, vivimos la oportunidad de limarle el apego al amor, para que el deseo no sea un grito de nuestras faltas y limitaciones, sino un sincero deseo de que se dé lo mejor para el ser amado.

Silvia Parque

Filtrar el mensaje

Cualquier persona no es más que una persona: tendrá una visión limitada y le quedarán cosas por aprender. Nadie tiene la verdad absoluta. Creo que lo único sobre lo que nos es posible acceder a una verdad completa -que no absoluta-, es sobre nosotras mismas. Es difícil; no sé si conozca a alguien que se conozca a fondo y plenamente; creo que para eso es necesaria una vida de recogimiento como la que tal vez tengan algunos monjes. Si alguien está muy seguro de conocerse absolutamente, habría que dudar, porque una persona que se conoce por completo sabría de las regiones de sí misma vedadas para sí misma. No obstante, confío en que con disciplina e introspección, sea posible alcanzar el autoconocimiento suficiente para movernos por la vida con sensatez.

Si todas las personas no son más que personas, en los términos de los que hablo, entonces todo servicio, mensaje o parabien que provenga de cualquiera, vendrá con limitación humana, y habrá que filtrarlo para tomar lo que nos venga bien. El proceso de filtrar puede ser complicado, porque no necesariamente lo que nos viene bien es lo que esperamos que sea, y porque a veces, como la medicina, tiene un gusto amargo; además, hay para quien resulta difícil no aceptar un "paquete completo": si algo les parece bien o verdadero, toman todo lo que provenga de la misma fuente, cuando no necesariamente todo es bueno o verdadero; esto sin dejar de estar advertidos de que sí hay premisas que forman un sistema de ideas de manera que no se puede tomar una sola, porque esa sola sin las demás, pierde el sentido... otra cosa es que una idea nos sirva de inspiración para nuestra propia idea, que habrá de encajar en nuestro propio sistema de ideas. 

De lo anterior se desprende que no conviene mamar como la leche materna, lo que piensen-digan-sugieran sacerdotes, gurús, filósofos, analistas, terapeutas, apóstoles o buenos amigos; se vale si en momentos críticos necesitamos ser amamantados, pero sería bueno notar que los momentos críticos terminan. Más o menos por el contrario, en la canción que escribe un hijo de vecino, en los gritos del alcohólico que predica en la plaza, en los autores bestselleros del mundo del new age, en casi cualquier envoltura puede venir lo que nos hace falta saber o asimilar. En cualquiera de los dos casos, conocerse a una misma es lo que permitiría abrir mente y alma para recibir "lo que sí", dejando ir con tranquilidad "lo que no". 

A veces no nos abrimos a "lo que sí", porque tememos no poder filtrar y dejar fuera "lo que no". Cuando era niña, mi abuela no me dejó recibir a los Testigos de Jehová que se ofrecían a darme un curso bíblico; pude darme el gusto de hacerlo cuando, siendo adulta, tuve mi propia casa. Me hace pensar que lo que es para nosotras, es para nosotras así dé algunas vueltas antes de llegar, porque interrumpí el mentado curso cuando cambié de ciudad, y después lo volví a empezar viviendo donde vivo. Nunca lo busqué, ya se sabe que los testigos tocan a la puerta. ¡Bendita paciencia de la señora que iba cada semana a mi casa! Fue una experiencia afortunada; nutrí mis propias creencias. Nunca temí, como tal vez mi abuela temiera, que escuchar pudiera convencerme de algo que no debería creer, es decir, que no es lo que me corresponde. Así me gustaría entregarme a lo que la vida me trata de enseñar. 

Silvia Parque

sábado, 2 de noviembre de 2013

Gravedad

Desde el trailer, me llamó. Después de la reseña de Matt y la crítica de Cinéfilo Club, tenía que verla. Finalmente, hoy puedo decir que esas famosas piernas de Sandra Bullock me parecen demasiado grandes y musculosas. Pero eso no importa.
 
Aunque al principio las imágenes de la Tierra desde el espacio son más que suficientes para empezar con gusto, mis amplias expectativas sobre la película empezaban a ponerme quisquillosa, cuando iniciaron los problemas y me metí de lleno en el asunto. La parte de odisea en el espacio es apasionante y entretenida; pero a mí me ganó la parte del drama personal. Es una historia sencilla, nada original, con una protagonista que hace el camino de regreso a casa.

Alguien comenta en el blog de Matt, que prefiere temas con los que pueda sentirse más identificada. Yo no podría sentirme más identificada... sola, suelta que es peor, suelta sin referentes en un espacio del que no eres parte, y quererte sujetar a una persona que se suelta mientras te dice que no es tu decisión; querer echarte a dormir para terminar con las dificultades porque si ponerte a salvo es difícil, se pone más difícil cuando imaginas volver a la vida que te espera; decidir vivir o no vivir.

Silvia Parque

Idea para emprendedores

No entiendo por qué las peceras no tienen un agujero de desagüe. No es complicado. Basta un cortador de vidrio y un tapón de plástico -de vidrio sería mejor-. Es posible elucubrar teorías conspiracionistas sobre los motivos para seguir fabricando pastillas o tabletas medicinales cuyo tamaño las hace difíciles de tragar -una de las cosas locas que tiene la vida: hacer pasar una tableta enorme sobre anginas inflamadas, para que se desinflamen-. Pero, ¿por qué las peceras no tienen un agujero de desagüe? ¿Alguien gana algo por eso? Debe haber unas peceras super evolucionadas que no he llegado a conocer, con un sistema de desagüe como el de las lavadoras, que lleva el agua sucia directo a la tubería. Pero sería muy simple hacer un agujero a las peceras comunes y corrientes.

Silvia Parque

viernes, 1 de noviembre de 2013

Perspectiva y relatividad


La idea de relativizar el grado de nuestros dolores me parece casi una patada en el trasero; depende de cómo se le exponga, pero comúnmente se le expone con poca empatía y hasta con poco sentido. Se asume que los problemas de salud son más apremiantes que otros problemas y evidentemente, para la Historia de la humanidad, los problemas de la historia personal de la gran mayoría de nosotras, no tienen importancia. Pero lo que nos duele nos duele, lo que nos mortifica nos mortifica y nuestro dolor o mortificación figura más en nuestra vida, que el dolor del otro, a menos que sea un otro muy cercano... y dependiendo del caso.

Luego está el relativizar hacia lo positivo: el "cómo te puede afectar esto, si pasa lo otro que es tan bueno". Pues si me afecta, me afecta. "Cómo consigue afectar" es largo de explicar.

No obstante lo anterior, tomar perspectiva sirve para procesar de mejor modo dolores o problemas; relativiza la situación dolorosa o problemática, permitiendo que se acomode mejor. No creo que sirva mucho sugerir a una persona que se siente mal, que relativice. Seguro que casi nunca sirve criticarle porque no lo hace. Pero creo que es un favor, mostrarle cosas que le abran esa perspectiva.

Silvia Parque

No sea centavero, señor comerciante

En la ciudad en la que vivo, los comerciantes tienen muy presente su gasto en electricidad, y lo acortan lo que pueden. Es común ver locales comerciales con la luz apagada por la tarde, incluso de tiendas tipo "de la vista nace el amor", como en las que venden regalos. Hay quienes apagan los refrigeradores por la noche, incluso con perecederos, confiando en que el frío de todo el día alcance para mantener lo guardado en buen estado. Personalmente no lo viví, pero supe de tiendas en las que el refresco frío valía su precio más 1 peso. Lo que sí me ha tocado es tomar café frappé derivado de un entendimiento miserable de lo que es "frappé".

Creo que todas esas prácticas son centaveras, y como dicen: no hay que dejar ir los pesos por cuidar los centavos.

Silvia Parque