domingo, 13 de octubre de 2013

Diva

Me acompaña una pequeña muñeca que se llama "Diva". La palabra está escrita en la pechera de su vestidito y asumí que es su nombre. Tiene unos pocos cabellos amarillos, zapatos negros y un bolso blanco. Lleva los labios pintados. No lo sabe, pero no tiene nariz ni orejas -ni le hacen falta-. Usualmente se echa en mi cama, recargada en mi frazada de princesa, a contemplar el mundo. Casi siempre está muy satisfecha de sí misma. Hubo un tiempo en que se avergonzaba por haberse ensuciado y yo le prometía que la metería a bañar, pero aunque no he cumplido mi promesa, ya no le importa estar un poco sucia -entre menos le importa, menos sucia se ve-.

Silvia Parque

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