lunes, 12 de agosto de 2013

Mis vecinos

¿Qué puede ser mejor que recibir un regalo inesperado? ¿Que sea chocolate? ¿Que sea cacahuatoso? ¿Que  sea en una tarde con ganas de noche lluviosa?

Yo tendría que reescribir Mi vecino de arriba, porque el mío es un encanto. Qué bonito es ir por ahí haciéndole bonito el rato a los demás. En el trabajo, un vecino de Departamento -el único hombre en los cubículos de mujeres que saben de matemáticas- llega de vez en cuando a endulzarnos el lunes o el viernes. ¿Cómo no lo vamos a querer? ¿Cómo no va una a sonreír?

Silvia Parque

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