En la etapa rosa del enamoramiento, los defectos del otro son una gracia, hasta atrayente. Ya sin la emocionalidad alterada, lo malo se sobrelleva porque es mucho menos, en frecuencia o importancia, que lo bueno. Si en esta relación de fuerzas gana lo malo: hay problemas. Si hasta las pequeñeces le abonan al peso de lo malo: la cosa no va.
Silvia Parque
Recuerdo que lo dije con 17 años y mis amigas me llamaron de todo, absolutamente de todo.
ResponderEliminar¿Que tiene que tener tu hombre ideal?
Y contesté, mejor pregúntame lo que no tiene que tener.
Besazo
:D ¡muy lista les saliste! :D Pues sí: las personas nos sorprenden con cosas buenas que ni sabíamos lo buenas que podían ser, y que ocupan el lugar de las cosas buenas con las que podíamos haber fantaseado. Pero, ¡ah! ¡lo malo! Hay unas poquitas cositas que sea quien sea su portador, no podríamos vivir con eso ;D
EliminarMuy buena forma de medir si la cosa va o no va, a poner en la balanza y ver lo que gana, siempre que no ocurra (que puede ocurrir) que un sólo defecto pese por su importancia muchísimo más que 20 virtudes.
ResponderEliminarMe he puesto contenta, mucho, valorándolo así mi coriano vale su peso en oro, porque sus defectos son defectillos y en lo verdaderamente importante saca buena nota.
Que tontería, una cosita así y ponerme de buen humor...
Besitos
:D ¡Qué gusto tener algo que ver en tu contento, Inma! Yo creo que en esto la clave es estar relajada antes de sopesar, y ser sincera con una misma; si el corazón dice que los defectos son defectillos, la cosa va sin duda ;)
Eliminar¡Besitos!