domingo, 28 de julio de 2013

Una paloma afuera

Si la paloma estuviera mirando, estaría mirando hacia donde estoy.

Calculo la atracción que ella pueda sentir por el espacio abierto y el espanto que sería para mí tenerla revoloteando por la habitación.

Abre el pico varias veces, como una garra que puede destazar.

No es que le tenga miedo de verdad. Es que arrastro el efecto permanente de haber visto Los ojos del gato cuando era adolescente.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Puaj! Me dan tanto asco las palomas, no me gustan nada, al menos las de ciudad. No se quién las bautizó como ratas con alas, y así las veo yo.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde que oí eso de que eran como ratas, sobre todo por los bichos que traen consigo y por el daño que pueden hacer a edificios públicos con su excremento, no he dejado de verlas como ratas. Pero bueno, me maravillan como incluso me puede maravillar una rata -a la que por supuesto, quiero tener muy lejos-. También me dan lástima, porque tuve un vecino que les disparaba.
      ¡Besos, Inma!

      Eliminar