jueves, 2 de mayo de 2013

Rendición por límite de fuerzas

¿Han estado en esos pleitos que no se acaban más que por el agotamiento de las partes? Como esos niños que no terminan el berrinche sino que el berrinche termina con ellos. En el pleito y en el berrinche la cosa es crítica y extrema; pero pasa en otras situaciones.

Creo que Dios puso límite a nuestras fuerzas para que pudiéramos rendirnos y entonces pudiéramos, con humildad y sin expectativas caprichosas, pero con esperanza -quien puede, con fe-, abrir la puerta a las posibilidades de lo que no está en nuestras manos.

Silvia Parque

2 comentarios:

  1. Yo he vivido muchos de esos porque soy una berrinchona. Desde hace un tiempo, y exceptuando el que pillé publicamente, en mi vida privada hace mucho que me los evito, he llegado a darme cuenta en dos sg. de cuando no vale la pena ni empezar a discutir un punto porque no se llegará a ninguna parte, entonces decido que yo me quedo en mi posición y el otro se quede en la suya, y cada uno se las apañe.
    Besos

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    1. Yo tuve un año terrible, que va quedando lejos, en el que era berrinche hasta el peligro y hasta caer literalmente rendida. Veo -por lo que te he leído- tus berrinches lejos de "crear daño" con todas sus letras ;)
      Ahora mis rendiciones no son por la intensidad del evento/proceso/encuentro, sino por su duración, por su extensión... como estar medio mal mucho tiempo, hasta que de tanto medio más medio, se hace muy pesado para cargar...
      ¡Muchos besos, Inma!

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