"¿A qué hora entras?", pregunto, y contesta que a las ocho -de la mañana, se entiende-. "¿No tienes familia?" Sí tiene, hijos crecidos, y esposa. Apenas serían dos minutos de conversación, y aprovecha para decir que ella -o el matrimonio, no queda tan claro- está resintiendo ese tamaño de jornada. Le decimos, con unas palabras y con otras, que no descuide lo que vale la pena, lo que da sentido a su vida.
"Te lo digo por experiencia..."
Silvia Parque
Es cierto. Esas jornadas son incompatibles con la familia. un beso.
ResponderEliminarOnce horas; si calculamos media hora de camino, ¿cuánto tiempo despierto pasa en su casa? La otra opción sería no dormir, y ya no tiene veinte años. No sé cuántas personas estén en una situación parecida en la universidad; sabía de otra persona, pero soltero.
EliminarUn beso, Susana
Mira, yo de vez en cuando me paso el día entero trabajando también. Ya van dos semanas, por ejemplo, de 9 a 20. Pero no puedo escoger, ojalá! Es una verdadera mierda.
ResponderEliminarUn besito
Es una pena cuando hay familia esperando, bueno, aunque no haya familia esperando, con un horario así queda poco espacio para el necesario esparcimiento. Ojalá pronto tengas una situación más relajada, Telma.
EliminarUn beso :)