Todos tenemos cargas y vacíos que nos hacen, en algún momento, tropezar, detenernos, caer, desertar -a veces, desertar de vivir-. También contamos, todos, con recursos; pero algunos tienen apenas poco más que el aliento de vida que les sostiene, y otros hemos sido privilegiados con abundancia de todo lo que podamos necesitar. Ante el tropiezo y la tentación de inmovilidad, es bueno mirar con detenimiento lo que está a nuestro alrededor, y agradecer.
Silvia Parque
Nunca se agradece lo suficiente. Un beso.
ResponderEliminarNunca, Susana.
EliminarUn beso.