Si alguien hubiese ayudado a Nietzsche a aceptar lo que su cuerpo sabía, no habría tenido que "perder la razón" y seguir ciego hasta el fin de sus días para no ver así su propia verdad.Y es que hay cosas que es muy duro ver/saber.
Pero finalmente, a veces, después de procesos de crecimiento, sucede que se ve, o se sabe. Entonces está el no saber sobre sí mismo que no es verdadero. Sobre eso recuerdo a un muy sensato compañero de escuela (Jaime Oaxaca) que me dijo, hace muchos años: "Sí sabes lo que te pasa, porque no eres tonta, y también por eso no me lo dices".
Silvia Parque
Tu compañero definió perfectamente lo que nos pasa a muchos; que decimos que no sabemos lo que nos pasa por pura vergüenza de reconocerlo.
ResponderEliminarUn saludo!
Vergüenza o miedo, a mí me ha movido y detenido más el miedo que otra cosa. Yo creo que hay un saber pre-verbal con el que una todavía puede hacer como que no sabe; pero cuando se pone en palabras lo que se sabe, ya es difícil huirle; cuando esas palabras se dicen en voz alta o quedan escritas para que otro lea, entonces ya huir es muy-muy difícil.
Eliminar¡Un saludo, Telma!