Hay un orden amistoso. Ya en la edad adulta, el orden que viene de afuera puede ser amable, pero no es realmente amistoso: siempre resulta un tanto incómodo, y dependiendo de lo mal que una esté de la cabeza, puede ser una constante inyección de estrés o hasta provocar una sensación de castigo permanente. El orden que responde a las necesidades propias es un apoyo; no es una cosa más con la cual cumplir, sino un recurso.
Silvia Parque
No hay comentarios:
Publicar un comentario