domingo, 20 de enero de 2013

Hay que decir lo que hay que decir


En su momento, en mi adolescencia, fue crucial para mí expresar mis deseos cuasi-porno y mis ideas sub-subversivas. Por supuesto, era relativamente fácil, con prácticamente nada que perder. Cuando me vi atestiguando algo que estaba mal en mi primer trabajo-remunerado-fuera-de-la-familia, me quedé callada.

Hoy, Revolución tres punto cero publica [AQUÍ] una carta de Héctor Vasconcelos al Director de la Escuela de gobierno John F. Kennedy, en la que el hijo de José Vasconcelos expresa su "rechazo absoluto" a la presencia de Calderón en Harvard y manifiesta:
En caso que Harvard sostenga el nombramiento de Calderón, me veré en la dolorosa situación de devolver a la universidad mi grado académico, que es el documento que más he apreciado en mi vida. Me dolería mucho que Harvard, que ha sido una conciencia moral de Estados Unidos por casi cuatro siglos, baluarte de liberalismo y el anticonservadurismo, y ha producido estadistas como F. D. Roosevelt, hoy acogiese a quien representa lo contrario de sus valores tradicionales. Si la universidad ha cambiado sus principios o no tiene ya ningunos, entonces, no deseo mantener su título.
No conozco ni el desempeño profesional ni la vida personal de este señor Vasconcelos; no sabía de su existencia; juzgando nada más a partir de la carta: eso es congruencia y valor civil. Me recuerda que hay que hacer lo que hay que hacer, que hay que decir lo que hay que decir.

Silvia Parque

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