miércoles, 12 de diciembre de 2012

Dulces nombres, no

El nombre es muy importante; marca, permitiendo a la persona diferenciarse de las otras y determinando la configuración de la identidad. Las historias detrás del nombre dan cuenta de una "etimología emocional".

Cuando era niña, lamentaba que no tendría tantos hijos como buenos nombres podía imaginar. Varios años pensé en nombres que me parecen hermosos, pero que asocio con personas que me importan y ahora no quiero hacer eso: no quiero "vincular" a los recién llegados con la identidad de amigos o familiares. No sé si lo sugirió el hombre o si llegué sola a esa idea. Lo que sí sugirió él, fue el nombre de niña que va ganando. Sería "Bianca" porque tienes que sonreír cuando lo dices.

Un niño llevaría el segundo nombre de su papá.

Silvia Parque

4 comentarios:

  1. Yo tampoco soy partidaria de repetir los nombres. Parece que marcas a alguien aun antes de nacer. Un beso.

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    1. Sí. Siempre marcas con el nombre, pero al menos que no sea tan evidente, y tan vinculado a la historia que se ha forjado otra persona. Sin embargo, mira, que quiero el segundo nombre del papá... :)

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  2. A mí hay nombres que me encantan y de hecho, a mi hija le puse el nombre que me gustaba y la verdad es que no hace referencia a nadie.
    El niño sí que siguió la tradición familiar así que le tocó Jr. ;D
    Besazo

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    1. Pues si llegan los niños, estaré igual que tú :D
      ¡Besos, Dolega!

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