Cuando he llegado a estar muy cansada, me he puesto en manos del hombre para que "haga por mí". Dependiendo de donde estemos, el servicio puede empezar desde cargarme hasta la recámara; me desviste, me pone la pijama y me mete en la camita. Quisiera algo así, ahora. Y que me lavara la cara, y los dientes. Bueno... eso no.
Silvia Parque
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