El día que descubrí que estábamos rodeados/envueltos por ondas de radio, microondas y no sé qué más, me sentí como en mi versión de
Matrix. Un día también tomé conciencia de los ruidos mínimos omnipresentes que producen los aparatos eléctricos conectados; aunque la gente con aparatos mejores que los míos no tiene que oír esos zumbiditos, también está expuesta -al menos con el sistema eléctrico mexicano- al zumbido
prácticamente imperceptible de la corriente eléctrica.
Quisiera pasar un tiempo sin eso; en campo abierto, sin señal para el celular, con el ruido que haga el aire.
Silvia Parque
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