jueves, 11 de agosto de 2011

Ocurre en efecto

Ni las cosas, ni las personas, ni las relaciones, son las mismas después de que han necesitado remedio. Lo que pasa nunca medio pasa; ocurre en efecto y eso por sí mismo, ya es un efecto (luego, a veces, hay más efectos). Pensé en el ejemplo tan conocido de las cicatrices, que incluye el corolario de que algunas, duelen. Dice Impendere Vitam Vero, respondedora de Yahoo, que duelen porque el tejido queda delgado, lo cual genera mayor sensibilidad. Que ni qué.

Dice Psique93, también en Yahoo Respuestas: "Una cicatriz aparece cuando el tejido epitelial es desgarrado (no cortado), entonces el espacio dejado por la herida es «tapado» con tejido fibrilar [...] Así pues, una cicatriz es una alteración permanente de la apariencia dérmica [...]" Yo digo que en los asuntos con las personas, dejan cicatriz los eventos que provocan una experiencia cuasi-ininteligible, dada la naturaleza de la relación, lo inesperado de los actos o la magnitud del daño... desgarre, pues... Tratamos de sanar la cosa empleando recursos (un buen concepto de una misma, abrazos de buenos samaritanos...) que nunca son del material que forma lo lastimado. Finalmente, estas cicatrices son una alteración de la imagen propia, que intenta representar al mismo "yo" que había, y que ya es otro, porque es un "yo" al que le pasa o ha pasado "eso".

Impendere agrega que se cicatriza mejor cuando las células tienen mayor capacidad para dividirse, y que se cicatriza peor ante algunas lesiones. De igual modo, en los asuntos con las personas, unos bien evolucionados producen naturalmente, nuevas imágenes de sí mismos; pero hay cosas que están canijas.

Silvia Parque

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